Acreditaciones Profesionales: impulsando la excelencia y la confianza

En un mundo cada vez más competitivo, las acreditaciones profesionales se han convertido en un sello distintivo de excelencia. Estas certificaciones no solo validan las habilidades y conocimientos de una persona, sino que también proporcionan confianza tanto a las personas empleadoras como a los potenciales clientes, en lo que respecta a la calidad del trabajo que pueden esperar.

¿Qué son las acreditaciones profesionales?

Las acreditaciones profesionales son reconocimientos que evidencian el nivel de competencia en una industria específica o en una habilidad particular. Estas certificaciones son emitidas por organizaciones especializadas, instituciones académicas o asociaciones profesionales y a menudo implican la superación de exámenes rigurosos, la adquisición de experiencia laboral relevante y la participación en programas de formación continua.

Beneficios para los profesionales

Para los profesionales, obtener una acreditación puede abrir puertas a nuevas oportunidades laborales, aumentar la empleabilidad y mejorar el potencial de ingresos. Además, proporciona una forma tangible de demostrar habilidades y conocimientos adquiridos y fomenta el desarrollo profesional continuo.

Beneficios para los empleadores

Para los empleadores, contar con profesionales acreditados en su equipo puede significar una mayor calidad en el trabajo realizado, una mayor eficiencia y una reducción de los riesgos asociados con errores o malas prácticas. Las acreditaciones también pueden servir como un criterio importante en el proceso de contratación, ayudando a identificar candidatos con las habilidades y la experiencia necesarias para cumplir con las demandas del puesto.

Confianza del cliente

Además de los beneficios anteriormente mencionados, las acreditaciones profesionales también inspiran confianza en los clientes y consumidores. Al contratar a un profesional acreditado, los clientes pueden tener la seguridad de que están recibiendo servicios de alta calidad y que el trabajo se llevará a cabo de acuerdo con los estándares establecidos.

Cómo obtener la acreditación profesional

El proceso de obtener una acreditación profesional puede variar según la industria y la organización acreditadora, pero generalmente incluye los siguientes pasos:

  • Evaluación de requisitos: los candidatos deben cumplir con ciertos requisitos, como educación formal, experiencia laboral y superación de exámenes de aptitud.
  • Preparación: los candidatos suelen prepararse para los exámenes de acreditación mediante la participación en cursos de formación especializada y la revisión de material de estudio.
  • Examen: los candidatos deben superar un examen riguroso que evalúa sus conocimientos y habilidades en el área de especialización.
  • Obtención de la Acreditación: cuando los candidatos completan con éxito el proceso de evaluación, reciben la acreditación de competencias profesionales. Esto puede implicar la emisión de un certificado o credencial oficial que valide sus habilidades y conocimientos en el campo específico.
  • Mantenimiento de la acreditación: una vez obtenida la acreditación, los profesionales deben cumplir con requisitos de formación continua y renovación periódica para mantener su estatus de acreditación.

    Aquí encontrarás las páginas web de acreditación de las distintas comunidades autónomas. Es importante tener en cuenta que los detalles específicos del proceso de obtención de la acreditación pueden variar en cada comunidad. Por lo tanto, es recomendable consultar los requisitos y pautas específicos proporcionados por la entidad encargada de la acreditación en cuestión.

    En conclusión podemos decir que las acreditaciones profesionales desempeñan un papel crucial en la promoción de la excelencia y la confianza en diversos campos laborales. Ya sea en el ámbito de la hostelería, la contabilidad, la madera o cualquier otra profesión, estas certificaciones son un testimonio del compromiso de los individuos con la mejora continua y la excelencia en su campo.

    Para los profesionales, las acreditaciones representan una oportunidad de destacarse en un mercado laboral competitivo, mientras que para los empleadores y clientes, son un indicador confiable de calidad y competencia.

Jornada “El empleo del futuro y las personas: la mejora de la empleabilidad como elemento nuclear de las políticas de empleo».

El pasado lunes 27 de noviembre tuvo lugar en Sevilla la Jornada andaluza sobre el empleo del futuro y las personas, con el objetivo de dar a conocer el Año Europeo de las Competencias 2023 en Andalucía, especialmente entre todos los agentes, instituciones e interlocutores clave con competencias vinculadas a la formación, las competencias, el empleo, la empresa y la innovación.

La responsable del Departamento de Observación e Investigación del CRN Producción, Carpintería y Mueble, Dña. Araceli Cabello, intervino en la jornada dentro del panel sobre “La formación para el empleo: la integración de las skills en la planificación de la formación y la recualificación” donde compartió panel con el director gerente de FUNDAE -Fundación Estatal para la Formación en el Empleo- y el director general de Formación para el Empleo de la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo.

En su intervención se puso de manifiesto la importancia de actuar rápido con el actual modelo económico en constante cambio, de lo contrario podrían verse afectados miles de pérdidas de puestos de trabajo sin que existan mecanismos que respondan eficazmente a las necesidades actuales.

Uno de los instrumentos que se está desarrollando desde el CRN de Producción, Carpintería y Mueble es la creación de un Observatorio de Necesidades Formativas del sector, concebido como una comunidad estratégica profesional donde participarán todos los agentes del sistema (administración central y regional, orientadores laborales y educativos, sindicatos y asociaciones empresariales) con el fin de dotar de recursos a todos los operadores del mercado y convertirse en un socio estratégico para la toma de decisiones tanto por parte de la administración como de las empresas.

Por otro lado, a la hora de diseñar los programas de formación no solo habrá que centrarse en el desarrollo de habilidades técnico profesionales sino también en las transversales (capacidad de trabajo en equipo, orientación al cliente, etc.)

Por otro lado, para impulsar la cualificación y recualificación de los recursos humanos, la persona ha tomado conciencia de que la única vía es el reciclaje permanente. Para ello, desde la Escuela de Madera/CRN Producción, Carpintería y Mueble se ponen en marcha distintas vías:

Acreditación de la experiencia laboral. Andalucía cuenta con convocatorias abiertas y permanentes para que cualquier persona con experiencia pero sin formación acreditada pueda acreditar sus competencias. La Escuela de Madera es centro acreditador.

– Se está diseñando una oferta de formación más flexible, con recursos didácticos innovadores, en entornos de aprendizaje más intuitivos y atractivos para que la persona elija cuando y como formarse.

Por último, también se habló de la poca visibilidad para la gente joven que tienen los sectores tradicionales, en concreto el sector del mueble. Esto dificulta el que se puedan cubrir las ofertas de empleo existentes en un sector con gran potencial desde la perspectiva de generador de empleo y que se está viendo afectado por un gran proceso de transformación, automatización y digitalización en toda la cadena de valor.

Intervención de Araceli Cabello (enlace a Youtube)

Participa en el evento del Año Europeo de las Competencias – 9 de mayo 2023.

La Comisión Europea celebra mañana, 9 de mayo de 2023, el inicio del Año Europeo de las Competencias con un evento que podrás seguir en directo y con el que pretende impulsar el aprendizaje a lo largo de la vida de las personas y ayudar a las empresas a hacer frente a la escasez de competencias.

Para participar debes rellenar el formulario en la siguiente web https://www.europeanyearofskills-festival.com/en y recibirás el enlace de conexión.

Desde su lanzamiento, mañana, y hasta el 8 de mayo de 2024, el Año Europeo de las Competencias será el marco para aunar las iniciativas que se lleven a cabo con el fin de animar a las partes interesadas a invertir en nuevas competencias y hacerlas accesibles a todo el mundo, independientemente de su nivel actual.

Fuente:

Junta de Andalucía

El alma de la FP

A medida que van pasando los días sin encontrar solución definitiva a la pandemia del COVID, vamos tomando conciencia de la profunda transformación que está sufriendo nuestra sociedad en todos los sentidos: nos comunicamos, nos relacionamos, recibimos atención médica o estudiamos de manera completamente distinta a la era pre pandémica. Y el mercado laboral, como parte de nuestra realidad más cercana, tampoco ha salido indemne. ¿Nos estamos adaptando bien al nuevo escenario? ¿Cómo estamos gestionando nuestras emociones ante esta transformación de nuestra vida profesional?

En su guía 20 Competencias contra la Exclusión Social en el Empleo elaborada en 2020, la fundación ADECCO apunta que, de aquí en adelante, para evitar el riesgo de exclusión laboral, se hace necesario el desarrollo de valores y competencias que quizás hasta ahora no se habían vinculado tan directamente a la competencia profesional. A ese respecto, Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, asegura que “todos estamos expuestos a la exclusión y el único camino para hacerle frente es la apuesta por el desarrollo de competencias muy humanas y transversales”.

No se requiere un análisis exhaustivo para poder observar cómo los departamentos de recursos humanos de distintas empresas están actuando progresivamente con una visión más integral, enfocada en la búsqueda y selección de personas preocupadas no solo por su expediente académico, sino también por esa dimensión más humana de la formación y el desarrollo personal.

Es aquí en donde entran en juego las soft skills (o habilidades blandas) y la inteligencia emocional, y en donde debemos plantearnos si se está incidiendo suficientemente en ellas en lo que a las distintas titulaciones de la FP concierne.

Las soft skills son una combinación de habilidades sociales, habilidades de comunicación, inteligencia social e inteligencia emocional que configuran el comportamiento de las personas en su entorno profesional. Competencias como la comunicación, liderazgo, resolución de problemas, gestión del tiempo, resiliencia, pensamiento crítico, creatividad o trabajo en equipo, entre otras, se han convertido en valores al alza que pueden y deben ser estimulados y reforzados.

Existen titulaciones en las que tradicionalmente se ha planteado un enfoque relacionado, en cierta medida, con el desarrollo de las soft skills. Se trata de especialidades como turismo, marketing o comercio internacional, en las que se prepara al alumnado para, desde la comunicación asertiva, ser capaz de gestionar satisfactoriamente tanto sus emociones como las de un potencial cliente. Pero, ¿qué pasa con otro tipo de formaciones, normalmente desvinculadas de la atención al cliente? ¿No requieren los/as profesionales de la carpintería, tapicería, CNC, diseño, aplicación de lacas y barnices, etc., las herramientas adecuadas para gestionar emociones?

En el CRN de Producción de Carpintería y Mueble creemos que sí. Cualquier profesional, independientemente del sector al que pertenezca, resultará más atractivo en el mercado laboral si, además de contar con la formación y/o experiencia requerida, manifiesta una habilidad adicional a la hora de desarrollar soluciones creativas, generar entornos favorables para el trabajo en equipo o incluso liderarlo. Ha llegado el momento de dejar de ser un profesional apto para pasar a ser un profesional ideal. Actitud, además de aptitud. Esa es la clave.

Y en ese sentido los centros formativos tienen mucho camino que recorrer, partiendo de la base de que el primer obstáculo a superar pasaría por un reconocimiento “oficial” del papel fundamental que las habilidades blandas juegan en el plano profesional. Lo bueno es que las soft skills se pueden trabajar y mejorar; lo malo, que su implantación como contenido obligatorio supondría un replanteamiento de planes formativos, objetivos, estrategias y recursos, que nos obligaría a salir de nuestra zona de confort. De ahí que, a pesar de los buenos resultados, sean todavía muy escasos los centros que han incluido en sus programas talleres de gestión de emociones en el entorno laboral, en un intento de despertar el potencial del alumnado.

En definitiva, podemos concluir, sin ningún género de duda, que la actual tecnologización del mundo laboral exige profesionales más humanos que nunca. El mercado laboral experimenta una continua evolución y los centros de Formación Profesional no pueden permanecer como simples espectadores, pues no se trata solamente de adaptarse, sino de liderar ese cambio. Formemos en ello a través de programas centrados realmente en las personas. Estamos sobradamente preparados para recoger el guante. Insuflemos alma a la Formación Profesional. Básicamente, es una cuestión de actitud.

El informe Trends Shaping Education de la OCDE establece las competencias digitales y transversales como prioritarias.

Recientemente la OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico ha elaborado el Trends Shaping Education 2022, un informe que elabora cada 3 años para examinar las principales tendencias económicas, políticas, sociales y tecnológicas que afectan a la educación.

El objetivo de este informe es estimular la reflexión sobre los desafíos que enfrenta la educación en los países que forman parte del organismo internacional, pues proporciona una visión general de cómo están impactando en la educación/formación las tendencias principales de tipo socioeconómico, social, demográfico y por supuesto tecnológico.

Así, la OCDE plantea los aspectos que serán claves para la educación/formación y con mayor hincapié en lo que deberían enfocarse tras la pandemia, estableciendo en el presente como prioritario incrementar la formación en competencias digitales y transversales.

Es conocido el aumento de la inversión en las nuevas tecnologías y el crecimiento gradual que ha tenido, provocando que cada vez más las empresas centren parte de su actividad en los datos, software, innovación, propiedad intelectual, etc., que en el informe se denominan como Activos Intangibles.

Según va aumentando el valor de estos activos intangibles, el papel de la educación / formación en el desarrollo de estas competencias digitales y transversales de las personas será más importante, sobre todo en relación con la innovación de nuevos productos y de nuevos procesos comerciales.

En el informe también destaca el envejecimiento de la población y la falta de natalidad, lo que está provocando y va a continuar haciéndolo, unos desafíos muy importantes para que se puedan garantizar la sostenibilidad social y económica.

«La provisión de una educación de alta calidad, así como la redistribución de las oportunidades de aprendizaje a lo largo del ciclo de la vida, es parte de la solución: la mejora de las cualificaciones, la reconversión profesional y el reciclaje pueden desarrollar la capacidad de todos los ciudadanos para contribuir a la sociedad».

Por lo tanto, el aprendizaje permanente será muy necesario para que las personas puedan trabajar y participar en una economía que sigue en continua evolución y que está caracterizada por un cambio tecnológico imparable.

El acceso a este aprendizaje a lo largo de la vida de todas las personas, es esencial para la adaptabilidad y para el futuro del trabajo.

Se destaca por el organismo internacional la necesidad de que ante los nuevos desafíos, cómo proceder ante la cantidad de información a veces difícil de analizar su veracidad, en un contexto altamente cambiante. Por esto, se hace hincapié en la importancia y en la necesidad de que tanto el alumnado como los profesores, y también en general el resto de colectivos aprendan a gestionar la información, a través de lo que llamarán alfabetización informacional.

La OCDE plantea en el informe la cada vez más diversidad sociocultural en el mundo, lo que genera desigualdades, discriminación y evidentemente problemas en la convivencia. La educación y la formación evidentemente pueden y van a ayudar a que las personas socialicen de acuerdo o con normas y valores comunes.

Por lo que inculcar conocimientos, habilidades y/o competencias y valores al alumnado y a los ciudadanos en general va a contribuir de forma altamente positiva a un mundo más inclusivo, justo y en paz.

Esta educación deberá fomentar la comprensión, la tolerancia y la visualización de perspectivas culturales distintas. La ciudadanía formada deberá ser consciente de que las actuaciones tienen sus consecuencias y deben proceder siendo conscientes.

Otra cuestión que evidencia el informe es que cada vez más las personas se están enfrentando y se seguirán enfrentando a nuevos modelos de empleo, debido al crecimiento de la nueva economía de plataformas (gig economy), del teletrabajo, del empleo por encargo, a tiempo parcial, etc. La educación/formación a de tener en cuenta estos nuevos modelos de empleo a la hora de formar al alumnado y se deban, paralelamente, a las competencias técnicas educar/formar en habilidades transversales, digitales…

En la actualidad, más de un tercio de toda la fuerza laboral en la mayoría de los países de la OCDE desempeña lo que llamamos un trabajo atípico (empleo temporal, freelance, teletrabajo, etc.), sobre todo en la brecha o segmento de los más jóvenes.

En el 2020, el trabajo temporal fue el 24% del empleo de personas de 15 a 24 años, en comparación con la población en general que supuso un 11%.

Si bien esta nueva tendencia en el empleo ayuda a impulsar el crecimiento del mismo y que haya gran flexibilidad laboral, es imprevisible y provoca inestabilidad que afecta a la vida personal.

Hay que educar y formar a los ciudadanos para que aprendan a convivir con estos nuevos modelos de empleo, y de ahí la importancia del aprendizaje a lo largo de la vida para poder afrontar múltiples trabajos y nuevas formas de trabajar.

Evidentemente, este informe no puede obviar la influencia del cambio climático y la prioridad para todo el mundo de intentar combatirlo.

La OCDE recomienda que los diferentes sistemas educativos/formativos pongan un mayor énfasis en la educación ambiental para «ayudar a las personas a aprender, desaprender y volver a aprender continuamente a medida que transitamos hacia economías y sociedades más verdes».

Hay que aumentar en la población la conciencia ambiental y desarrollar habilidades técnicas y de pensamiento crítico necesarias e imprescindibles para un futuro sostenible.

El alumnado formado puede ayudar a contribuir a la lucha contra el cambio climático.

El informe plantea una mejora continua de las cualificaciones, el reciclaje y la reconversión profesional, teniendo presente que ante las nuevas modalidades de empleos el aprendizaje a lo largo de la vida es fundamental, así como la formación en habilidades digitales y transversales y en sostenibiidad, para contribuir a que los ciudadanos estén más preparados ante los continuos cambios en la sociedad, en la economía, en la vida en general.