En los últimos años, la creación de nuevas empresas se ha convertido en un instrumento fundamental para el desarrollo económico, tecnológico y social de nuestra sociedad. Del mismo modo, la preocupación por introducir la iniciativa emprendedora en el aula en todos los niveles educativos ha crecido considerablemente. Según el Informe GEM 2021-2022 elaborado por el Observatorio del Emprendimiento de España, la tasa de actividad emprendedora (TEA) de nuestro país se sitúa por encima de la media mundial y europea con un 5,5%, pese al impacto negativo de la crisis sanitaria y el consiguiente aumento del abandono empresarial.
Aunque nunca antes hemos tenido tantas oportunidades, condiciones y herramientas para iniciar un negocio, el miedo al fracaso de la población frena su espíritu emprendedor e impide la generación de un ecosistema empresarial estable. En su obra El libro negro del emprendedor: No digas que nunca te lo advirtieron, Fernando Trías de Bes trata de identificar posibles causas que pueden llevar al fracaso cuando arrancamos una idea de negocio. En lugar de enfocarse en las técnicas y estrategias para conseguir llevar al éxito una empresa, este prestigioso economista se centra en los elementos que pueden llevar a la deriva nuestro emprendimiento.
Este libro se aleja de los aspectos técnicos, legales o financieros ampliamente cubiertos en otros manuales de empresa, y pretende ser útil a todos los públicos que están interesados en emprender un negocio. En este sentido y según el propio autor, “los negocios no suelen fracasar por falta de competencias técnicas de sus emprendedores, sino debido a motivos mucho más mundanos: problemas personales, desavenencias con los socios, falta de sentido común, exceso de expectativas, miedos y/o nimios errores que, con el tiempo, se convierten en verdaderos problemas que arrastran el negocio a su inviabilidad”.
No obstante, el propósito de este libro no es desalentar ni desmotivar a la persona que desee emprender, sino ayudarle a comprender las dificultades y obstáculos que suelen surgir para poder anticiparse a cualquier situación. A este respecto, Fernando Trías establece 14 factores clave de fracaso empresarial que se agrupan en 5 áreas: la naturaleza de la persona que emprende, los socios, la propia idea de negocio, la situación familiar de la persona emprendedora y la gestión del crecimiento. Asimismo, este manual de referencia incluye los siguientes errores que pueden poner en peligro nuestro negocio:
NATURALEZA DE LA PERSONA EMPRENDEDORA
Factor 1: Emprender con un motivo, pero sin una motivación.
El simple motivo para emprender o la propia idea del negocio no es suficiente de por sí para proporcionar el éxito, ya que debe haber una motivación personal detrás de un emprendimiento. Entendemos por “motivación” las ganas y la ilusión de aprender y de poner en marcha un proyecto empresarial.
Factor 2: No tener carácter emprendedor.
Emprender no es simplemente montar un negocio, sino una forma de hacer frente al mundo, de disfrutar de la presión, la incertidumbre e inseguridad propias del acto de iniciar un proyecto de empresa. Si nos gusta saber lo que va a pasar mañana y planificar de antemano nuestro día a día, definitivamente no tenemos naturaleza de persona emprendedora.
Factor 3: No ser una persona luchadora.
La vida de una persona emprendedora está llena de imprevistos y contratiempos. Debemos tener capacidad de sufrimiento y reacción ante las dificultades que puedan interponerse en nuestro camino. El espíritu luchador y de sacrificio nos permitirá superar cualquier circunstancia adversa y asumir la responsabilidad de nuestros errores.
SOCIOS
Factor 4: Contar con socios cuando se puede prescindir de ellos.
En numerosas ocasiones nos asociamos por miedo a iniciar una aventura empresarial en solitario, sin ser conscientes de que el acto de emprender implica soledad. Esa soledad nos permitirá tener total libertad y velocidad a la hora de tomar decisiones. Podemos plantear asociarnos sólo en caso de que la otra persona nos pueda brindar algo que no tenemos.
Factor 5: Escoger socios sin definir criterios de elección relevantes.
A la hora de escoger a nuestros socios debemos asegurarnos de su honradez y complementariedad con nuestro carácter. Para lograr una unión eficaz, los valores y ambiciones deben ser compartidos. Además, es fundamental que sean personas capaces de ofrecer soluciones. Nuestros socios también deben estar alineados con los objetivos de la iniciativa empresarial conjunta.
Factor 6: Ir a partes iguales cuando no todo el mundo aporta lo mismo.
Antes de iniciar una relación profesional con un socio, es necesario definir el procedimiento a seguir en caso de una desvinculación del negocio o una separación entre los integrantes. Esto nos permitirá evitar futuros conflictos y sus molestas consecuencias. Cada elemento que un socio aporta a nuestra empresa se debe valorar de manera justa. En este sentido, es importante distinguir entre una aportación económica y una aportación material.
Factor 7: Falta de confianza y comunicación con los socios.
Las desavenencias y choques entre socios suelen producirse por los siguientes motivos: (1) sensación de desequilibrio en cuanto a las aportaciones de cada integrante, (2) distintos ritmos de trabajo entre socios, (3) diferentes estilos profesionales y formas de actuar y, finalmente, (4) falta de confianza. Una comunicación fluida y directa entre socios es un pilar fundamental que sostiene al negocio y le aporta solidez.
IDEA DE NEGOCIO
Factor 8: Pensar que de la idea depende el éxito.
Una gran idea de negocio no servirá de nada si no la implementamos correctamente. Nuestra idea no tiene que ser revolucionaria, sino que debe contar con una buena ejecución. También hemos de ser capaces de darle forma, adaptarla a las circunstancias de cada momento e incluso modificarla completamente si fuera necesario.
Factor 9: Adentrarse en sectores que no gustan o se desconocen.
Es fundamental conocer a fondo el sector de actividad en el que deseamos emprender. Nuestra elección no puede ser casual ni improvisada. En caso de no conocer el sector, es recomendable hablar con personas que dominan ese entorno o trabajar en él por cuenta ajena durante un tiempo antes de lanzarse a la creación de un negocio. En definitiva, hemos de dedicar el tiempo necesario para descubrir los entresijos del sector.
Factor 10: Escoger sectores de actividad poco atractivos.
Para garantizar que un sector de actividad sea rentable ha de ser atractivo y poco saturado. Es preferible elegir un sector en crecimiento, con poca competencia y que no requiera una alta inversión inicial. Además, puede influir notablemente encontrarnos en una situación económica favorable o en una zona geográfica en plena expansión. Unas circunstancias propicias multiplicarán las posibilidades de éxito de nuestro proyecto.
SITUACIÓN FAMILIAR
Factor 11: Hacer depender el negocio de las necesidades familiares.
Nuestra situación familiar y personal se tiene que adaptar a los beneficios que el negocio genere. Se recomienda diversificar las fuentes de ingresos e incluir nuestro sueldo dentro del plan de negocio. Además, hemos de ser cautos con nuestras ganancias desde el principio e intentar proteger la economía familiar. Contar con el apoyo incondicional de nuestros allegados puede ser clave para una buena marcha de nuestro proyecto.
Factor 12: Emprender sin asumir el impacto sobre nuestro equilibrio vital.
Cuando ponemos en marcha una empresa, conciliar nuestra vida familiar y profesional se convierte en una tarea dífícil. A menudo los problemas que surgen en el negocio se trasladan a nuestra vida personal. A pesar de tener sensación de libertad, el tiempo que podemos dedicar a nuestra familia se suele resentir. Este desequilibrio forma parte del acto de emprender que implica estar disponible en todo momento.
GESTIÓN DEL CRECIMIENTO
Factor 13: Crear modelos de negocio que no generan beneficios rápidamente.
Para que una empresa sea sostenible, debe producir beneficios a corto plazo o, al menos, cubrir los gastos que se producen. La sostenibilidad y el equilibrio finaciero a medio y largo plazo son más importantes que el crecimiento inmediato. Es imprescindible diseñar un modelo de negocio que aporte rentabilidad desde los inicios de nuestra aventura empresarial.
Factor 14: Ser emprendedor y no empresario, y no retirarse a tiempo.
Mientras un emprendedor se centra en el proceso creativo y la puesta en marcha del negocio, el empresario se enfoca en gestionar y hacer crecer el proyecto. Una persona emprendedora debe saber detectar el momento exacto para dar paso a la gestión empresarial, que se puede llevar a cabo por otra persona. Es cierto que no resulta fácil ceder el liderazgo, pero delegar en un buen gestor la dirección de nuestra empresa puede garantizar la estabilidad y viabilidad del proyecto.
El autor concluye su libro con la siguiente reflexión: “Ahora que he acabado el manuscrito, me doy cuenta de que en realidad éste no es el libro negro del emprendedor, sino que es el libro negro, la bestia negra, del falso emprendedor. Al auténtico no le hará mella nada de lo que aquí se ha expuesto. Para un emprendedor de verdad este libro es tan inofensivo como el «hombre del saco» para un adulto.”
Fuente:
El libro negro del emprendedor: No digas que nunca te lo advirtieron, Fernando Trías de Bes.