En una anterior publicación ya se dio a conocer de manera global la Guía de aprendizaje y evaluación del certificado de profesionalidad MAMR0308. En esta ocasión, vamos a profundizar en la propuesta de impartición y aprendizaje que plantea la Guía.
En primer lugar, cabe señalar que, lejos de modelos encorsetados y rígidos, aquí la formación se concibe de manera abierta, flexible y accesible, con una estructura modular diseñada para facilitar el aprendizaje permanente. Además, en el caso del certificado sobre el que se ha elaborado la guía que nos ocupa (MAMR0308), dos de los tres módulos que lo componen se subdividen en distintas unidades formativas, para una mejor y más práctica impartición que conducirá, consecuentemente, a una mejor adquisición del aprendizaje por parte del alumnado.
Los certificados de profesionalidad, en general, ofrecen dos posibilidades a la hora de adquirir el aprendizaje: o bien realizando módulos independientes, asociados a una unidad de competencia en particular, o bien cursando la totalidad de los módulos formativos correspondientes a un certificado. Es esta última modalidad la que se da en la Escuela de Madera de Encinas Reales, en donde, de momento, se ha optado por un modelo integral y presencial, que permite la puesta en práctica de las metodologías desarrolladas en la Guía.
La propia naturaleza de los contenidos de este certificado hacen que la metodología propuesta en la Guía conceda más peso al docente que al alumnado. Algo lógico, teniendo en cuenta que en este tipo de formación se utilizan instrumentos y maquinaria potencialmente peligrosos. Por esa razón, la Guía sugiere la puesta en marcha de las siguientes estrategias metodológicas:
Método expositivo: es el método tradicional, la clase magistral en la que el docente ofrece explicaciones al alumnado. Está concebida, sobre todo, para contenidos conceptuales, y se puede enriquecer con material gráfico y/o audiovisual o complementarlo con otras técnicas más activas, de participación individual o grupal. Esta estrategia posibilita al docente la observación directa del grupo, lo que permite valorar la necesidad de adaptar los contenidos según el ritmo de aprendizaje.
Método demostrativo: este método es muy adecuado para el aprendizaje de procesos técnicos y conocimientos prácticos. Con el grupo preparado para el aprendizaje, la persona formadora realizará una demostración resaltando los aspectos clave, y, a continuación, el alumnado realizará el proceso siguiendo las instrucciones, procedimientos y demostraciones previas.
Método interrogativo: permite la construcción conjunta del aprendizaje, a través de la formulación de preguntas y elaboración de respuestas, que puede realizarse en cualquier sentido (docente-alumnado o alumnado-docente). Las cuestiones planteadas por la persona formadora van a actuar como estímulo del pensamiento y el razonamiento, además de suponer un instrumento perfecto para valorar si se han fijado o no los conocimientos previos.
Con esta combinación de métodos, se pretende facilitar la participación activa del alumnado en la medida de lo posible, proporcionándole cierta autosuficiencia para la construcción de su propio aprendizaje y desarrollando cualidades como la motivación, la autonomía, la iniciativa y la responsabilidad, muy necesarias tanto en el plano profesional como en la esfera de lo personal.
Por último, apuntar que a todo este proceso realizado en las aulas de teoría y talleres correspondientes, debemos sumar la realización de prácticas profesionales en empresa, una fase de la formación que facilitará la transferencia de aprendizaje a la hora de abordar situaciones, realizar actividades concretas y resolver problemas en un entorno laboral real, completando así las competencias profesionales que no se adquieren en el contexto formativo.