El CRN de Artesanía, Centro Albayzín, y el Instituto de Educación Secundaria Politécnico Hermenegildo Lanz, ponen en marcha el Proyecto piloto para el Emprendimiento Interprofesional en el Entorno Educativo en Granada ,’La Fibra de los Títeres’, con motivo de la celebración del Centenario de uno de los acontecimientos más importantes de la dramaturgia del S. XX, los ‘Títeres de Cachiporra’, para volver a reunir en la era de la digitalización a tres grandes figuras como Lorca, Falla y Hermenegildo Lanz.
La novedad de este proyecto, en el que están presentes miembros y agentes de la Comunidad Educativa de dos subsistemas de Formación Profesional, consiste en la experiencia integrada de una serie de actividades formativas y de mentorización con profesionales de la artesanía para promover la interprofesionalidad y conectar sectores profesionales industriales con artesanales, abriendo así las expectativas de empleabilidad del alumnado en formación.
El proyecto, de momento en experimentación, se desarrolla íntegramente en la provincia de Granada implicando al alumnado y profesorado de Formación Profesional Superior de Robótica, de Formación Profesional Básica de Carrocería y al Bachillerato de Artes del IES Politécnico Hermenegildo Lanz con el Área de I+D+i del CRN de Artesanía, así como con profesionales de la Artesanía y el Diseño.
El Producto Final de ’La Fibra de los Títeres’ consistirá en el diseño y la construcción de cinco títeres, elaborados con fibra natural, más un personaje de la obra que se construirá mezclando elementos de artesanía con robótica. Todo ello bajo una metodología colaborativa entre el artesano Pedro Blanco (Ubedies) y el diseñador Alberto Batres con el alumnado.
’La Fibra de los Títeres’ está integrada en otro Proyecto que aglutina a distintos Centros Educativos de la provincia de Granada ( CEIP Pablo I de Valderrubio, IES Politécnico H. Lanz y el Conservatorio de Profesional de Música Antonio Lorenzo de Motril) y el Centro de Referencia Nacional de Artesanía, en el marco de los Programas para la Innovación educativa ’Innicia Cultura Emprendedora’ y ’Vivir y Sentir el Patrimonio’.
Contextualización de los “Títeres de Cachiporra”.
El 6 de enero de 1923, festividad de los Reyes Magos, Hermenegildo Lanz participó como escenógrafo, escultor y titiritero de la representación que se proyectó para la fiesta privada en casa de los García Lorca por Federico y Adolfo Salazar, dedicada a dos niñas de la familia (Isabel García Lorca y Laura, hija de Fernando de los Ríos).
En el programa, dentro de las piezas que se representaron, había un entremés atribuido a Cervantes, el “Auto de los Reyes Magos”, con transcripciones musicales de Falla y una adaptación de Lorca para títeres de cachiporra del cuento andaluz «La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón». Además de la satisfacción infantil, el pequeño espectáculo vino a remediar el planificado viaje titiritero a las Alpujarras Granadinas, que se había frustrado el otoño anterior por la decisión de Lorca de terminar su carrera de Derecho (antesala de la futura Barraca).
Tras el éxito de la experiencia, Falla le encargó a Lanz la construcción de los títeres para la representación en París de “El retablo de Maese Pedro”, que efectivamente ocurrió en el palacete de la princesa Edmond de Polignac, el 25 de junio de 1923. Los decorados y figurines fueron obra de Manuel Ángeles Ortiz y de Lanz, que además talló las marionetas y las figuras planas. La ropa de los títeres la realizaron la madre y tía de Federico García Lorca.
Esta historia esconde algo más que una simple representación infantil, ya que según expertos en la materia como Yanisbel Martínez, Ismael Ramos o el propio Enrique Lanz (nieto de Hermenegildo), supuso realmente uno de los gérmenes del arte del títere, que tiene una de sus cunas en Granada.